Hace tan solo dos décadas, la inteligencia artificial era el sueño de muchos. Incluso el mismísimo Steven Spielberg rodo una película cuyo nombre era “I.A. Inteligencia Artificial”. Lo que antaño parecía un sueño que podía convertirse en pesadilla (máquinas gobernando el mundo), es hoy día una realidad, no tan aterradora como pudiera padecer. Las incursiones pasadas en este tipo ámbitos donde se creaban inteligencias artificiales, fueron numerosas y de diversa índole. Películas, libros, proyectos. Un sinfín de posibilidades sobre algo que pocos creían posible.
Como fuere, la inteligencia artificial es una realidad con la que convivimos cada vez, en mayor medida. De hecho, hasta la aplicación más utilizada de mensajería, cuenta con un chat para que hables con la IA si te aburres o te surge una pregunta. Además de la última novedad en lo que respecta a sus aplicaciones: puede convertirse en cualquier personaje famoso o conocido, actual o de otros tiempos y hablar contigo con su propia voz. No me queda muy claro si esto es algo positivo o espeluznante…
Vistas las capacidades que posee la IA, hasta puedes hacerle una consulta médica y te contesta lo mismo que un profesional de la salud, no podemos ignorar su aplicación en el mundo empresarial. Hemos acudido a Crowe, como expertos en auditoria, firma de contabilidad y consultoría, donde nos hemos encontrado con esta aplicación tan interesante de la IA al mundo de los negocios. Razón por la que hemos indagado un poco al respecto para ofrecer la información más relevante.
Dado que se trata de una de las tecnologías más disruptivas del siglo XXI, cada vez son más las empresas que la adoptan para mejorar sus procesos de negocio y tomar decisiones informadas y con mayor precisión. Sin ir más lejos, podemos decir que, para el año dos mil treinta, el objetivo de la UE, es que el setenta y cinco por cien de las empresas, hayan adoptado servicios de computación en la nube, macrodatos e inteligencia artificial.
Transformando la manera de trabajar
Ciertamente así es, la inteligencia artificial aplicada en las empresas, no hace sino transformar la manera de trabajar, abriendo nuevas posibilidades en lo que a eficiencia y productividad respecta. No obstante, su implementación, conlleva una serie de desafíos únicos que deben ser conocidos y tenidos muy en cuenta.
La inteligencia artificial es una tecnología que se haya en constante evolución. Esto le proporciona el potencial necesario para transformar la manera de operar de las diferentes empresas. De forma elemental se refiere a la capacidad intrínseca de las máquinas para ejecutar las tareas que por lo general, necesitan de la inteligencia humana.
Dentro del ámbito empresarial, resulta de gran utilidad, puesto que hace posible que los empleados se centre en otro tipo de tareas más estratégicas y creativas, con objeto de mejorar la eficiencia y productividad. Para lograrlo, se aplica IA a una amplia variedad de tareas que van desde la automatización de los procesos rutinarios y repetitivos, al análisis de ingentes cantidades de datos o la toma de decisiones informadas. Esto mejora la experiencia del cliente y reduce el error humano.
En otras palabras, la inteligencia artificial en las empresas, puede utilizarse de diversas maneras y en diversas áreas, como puede ser el análisis de datos, campañas de marketing, atención al cliente, cadena de suministro e incluso, la gestión de los recursos humanos.
Teniendo en cuenta los datos más recientes, los sectores líderes en el uso de la IA, son el de información y comunicaciones, seguido de las tecnologías de la información y comunicación.
Los beneficios que aporta la inteligencia artificial a las empresas son bastante relevantes. Tiene el potencial de ofrecer los beneficios previamente descritos y sobre los cuales vamos a hablar con un poco más de detalle.
El análisis de cantidades de datos de gran envergadura, la IA puede analizar los datos en poco tiempo, lo que hace que las empresas puedan tomar decisiones informadas y precisas, basándose en información detallada y relevante, en tiempo real.
La mejora de experiencia del cliente es posible a través de los chatbots y los asistentes virtuales. Estos elementos pueden ayudar a los clientes a tener respuestas rápidas y precisas a sus preguntas, a la vez que pueden resolver problemas en tiempo real, lo que aumenta la satisfacción del cliente.
En cuanto a la automatización de los procesos, la inteligencia artificial, es capaz de automatizar todo tipo de tareas rutinarias y repetitivas. Esto hace posible que los empleados se centren en trabajos más relevantes, tareas que requieren más estrategia y creatividad. Lo que implica una mayor eficiencia y productividad, además de la posibilidad de reducir los costes operativos de la empresa.
Minimizar al máximo posible el error humano es algo que se le da muy bien a la inteligencia artificial. Está preparada para reducir el error humano en todos los procesos empresariales, lo que conlleva un aumento de la precisión y calidad del trabajo. Este aspecto resulta especialmente importante en áreas tan concretas como la gestión de la cadena de suministro y producción, en las que el error más pequeño, puede tener consecuencias de gran gravedad.
Tomar decisiones de forma informada puede resultar un proceso largo. Gracias a la IA, es posible obtener toda la información necesaria y de más valor para poder tomar la mejor decisión empresarial. Esto contribuye a que las empresas mejoren tanto su rendimiento general como su competitividad. No en vano, más del cuarenta y seis por ciento de las compañías que han implementado la inteligencia artificial, la utilizan para automatizar los flujos de trabajo o como herramienta de ayuda para la toma de decisiones.
IA en las empresas: el desafío
Ya hemos visto los numerosos beneficios que aporta la aplicación de la inteligencia artificial en el sector empresarial y el mundo de los negocios. Aun así, esta implementación, conlleva una serie de desafíos que se deben considerar. Sobre este tipo de desafíos, vamos a hablar a continuación, puesto que las empresas deben tenerlos muy presentes.
El primero de los desafíos que presenta la inteligencia artificial a nivel empresarial, es la falta de comprensión. Sin duda, se trata de uno de los principales desafíos a superar. La falta de compresión de sus capacidades y las limitaciones que todavía presenta, es algo que las empresas todavía no tienen muy claro. Aun no son completamente conscientes de cómo pueden utilizar la IA de forma efectiva dentro de sus procesos empresariales. Como consecuencia de este hecho, es necesario avanzar hacia una mayor y más clara comprensión de las posibilidades y limitaciones de la IA, para poder sacarle el máximo provecho.
Los costes de implementación no son nada bajos. Sobre todo para las pequeñas y medianas empresas, implementar la IA, puede resultar demasiado costoso. Por lo que puede verse limitada la capacidad de algunas empresas para adoptarla. En este sentido, debe considerarse el coste de la IA y el retorno de la inversión.
Respecto a la protección de datos, aunque cueste creerlo, la inteligencia artificial puede presentar muchos riesgos de seguridad y privacidad. Razón más que evidente por la que las empresas que cuenten con inteligencia artificial, deben asegurarse de que sus datos están correctamente protegidos y cumplen con las correspondientes regulaciones relativas a la privacidad y seguridad de los datos. Este factor cobra especial importancia en el caso de utilizar la IA para recopilar y analizar datos de los clientes.
Otro de los desafíos que presenta la IA es el cambio cultural que implica, dentro de la empresa. Sobre todo en los casos en los cuales los empleados temen ser reemplazados por la tecnología. Las empresas que cuenten con IA o piensen implementarla, deben estar seguros de que su plantilla de trabajadores comprende que la inteligencia artificial va a ayudarles en la mejora de su trabajo, sin que suponga una amenaza para sus puestos de trabajo.
El sesgo y la ética son otros desafíos relevantes que presenta la inteligencia artificial. Si los algoritmos y modelos de IA, no cuentan con un diseño adecuado, se pueden perpetuar el sesgo y la discriminación. Las empresas deben asegurarse de que sus modelos de IA son éticos y justos, de tal manera que se eviten las consecuencias negativas que derivan de esta problemática.
En conclusión, queda claro que la inteligencia artificial en las empresas, está transformando la manera de hacer negocios y tomar decisiones. Además de tratarse de una de las tecnologías más relevantes dentro del sector empresarial, por lo que resulta indispensable optimizar al máximo sus beneficios y comprender sus implicaciones. De tal manera que se siga siendo competitivo dentro del mercado actual, tan cambiante.
Muchos beneficios, algunos desafíos y un futuro prometedor para todo lo relacionado con esta herramienta. Para muchos este avance es el avance del siglo, a buen seguro que lo es, por el momento. Para otros, las implicaciones de la inteligencia artificial a ciertos niveles, implica otra serie de factores menos positivos. Siempre existe el temor a que las máquinas adquieran autonomía y voluntad propia, con todo lo que eso puede conllevar para la sociedad. La ciencia ficción, nos ha inculcado estos temores sobre algo inexistente en su momento, ahora que esas ideas se han hecho realidad… seguimos pensando que, la realidad, supera a la ficción. Esperemos que en este caso, siga siendo positivo.