Ya lo dice el dicho: la música amansa a las fieras. Aunque según el tipo de música, puede amedrentarlas e incitarlas. Todo sea dicho. No obstante, la música es una actividad que reporta numerosos beneficios y proporciona gran satisfacción a todo aquel que la práctica o la escucha. Podemos encontrar una amplia variedad de estilos musicales para todos los gustos y situaciones. Desde música para animar fiestas hasta música para acompañar melancolías. Un puñado de notas puede hacer vibrar cualquiera de las parcelas de nuestra alma. Tanto si nos gusta como si no. Es una realidad inevitable.
No importa si se estudia música, se toca algún instrumento o simplemente, se escucha. La cuestión es que este arte, no deja indiferente y proporciona beneficios que siempre viene bien tener presentes. Son muchos los artistas y compositores que pretender dar una imagen o evocar sentimientos y despertar recuerdos con sus partituras. El lenguaje de la composición proporciona una liberta de expresión que facilita transmitir ideas y pensamientos sin necesidad de recurrir a las palabras. Acordes, letras, tonalidad o instrumento, cuentan con un poder único a la hora de adentrarse en la conciencia de quien escucha las melodías.
Las posibilidades que ofrece la música son tantas que poca importancia tiene si se trata de una actividad lúdica o profesional; si la escuchas en la intimidad de tu habitación, con auriculares o en un concierto multitudinario. Sus beneficios son igualmente considerables e inevitables.
Aunque resulte cargante, la música es beneficiosa
Digo cargante porque a veces, no apetece escuchar música o, la música que encontramos a nuestro paso, no es de nuestro gusto. Sin embargo, hay que detenerse y pensar en que la importancia de la música, reside en lo que significa para quien la escucha y quien la crea. El efecto que produce es lo que importa, al menos en este artículo, puesto que ese significado y el efecto que implica, cuenta con una base eminentemente psicológica, muy arraigada en lo que genera, como estímulo sonoro, sobre las personas.
Independientemente de este hecho, ha quedado claramente demostrado que escuchar canciones y música en general, conlleva otro tipo de efectos que van más allá de la transmisión de las ideas, sentimientos, mensajes y emociones de quien las crea. Lo cierto es que exponerse a la escucha de este tipo de armonías basadas en sonidos, con independencia del estilo musical, contribuye de forma notable a mejorar la respuesta del cuerpo frente al dolor, la enfermedad y la pérdida de memoria.
Los expertos, consideran que la música se ha constituido como un agente indispensable en el desarrollo de la mente. Esto es a consecuencia de la capacidad de generar placer, motivar, proporcionar optimismo y empática, a través de las melodías y letras que acompañan a las mismas.
Para comprender en mayor medida los beneficios que proporciona la música a nivel psicológico, diremos que lo primero, es identificar la existencia de los diferentes acordes, instrumentos, velocidades y estilos que trasmiten diversas emociones. La combinación elegida en cada momento, juega un papel relevante en el momento de comunicar y transmitir la información, el pensamiento, mensaje o emoción que se pretende transmitir. En algunos experimentos, se ha llegado a la conclusión de que la gente utiliza determinados estilos musicales con objeto de obtener mayor rendimiento a la hora de realizar actividades físicas de alto nivel de exigencia, o presenta mayor capacidad de concentración o creatividad.
A nivel psicológico, se ha tratado de explicar la relación que existe entre escuchar diferentes estilos musicales y el estado de ánimo que produce. A razón de los efectos que produce escuchar o tocar música, se obtienen algunos beneficios a nivel clínico. De los cuales hablaremos a continuación.
Efectos y consecuencias
Como decimos, la música, induce una serie de estados de ánimo. Algunos de los efectos que provoca se basan en que se trata de un excelente generador de placer. La música permite unir un recuerdo a un determinado acorde o melodía. Libera dopamina, la hormona de la felicidad, haciendo posible que la combinación se sientan preparadas para afrontar el día con mayor optimismo. Por lo tanto, la música se convierte en una excelente e importante fuente de relajación y ocio.
Por otro lado, es a su ve una excelente fuente de motivación. Quien escucha música percibe emociones. La música tiene el poder de despertar sensaciones y recuerdos al mismo tiempo que los potencia y refuerza. Sin olvidar que potencia las habilidades como la creatividad la comodidad en el trabajo.
Existen estudios que aseguran que puede existir una sociedad sin escritura pero no sin música. Algo que en realidad, es una certeza, pues desde tiempos remotos, la música ha acompañado al ser humano. Permite comunicar emociones y compartirlas, tanto al escuchar como al componer o interpretar. Se trata de una herramienta muy poderosa que tiene muchos efectos sobre la persona, permite cohesionar a los que escuchan una misma melodía bajo el mismo sentimiento, generando unidad. Basta con acudir a un concierto para comprobar los efectos de unidad que se sienten cuando miles de personas desconocidas, corean a su músico favorito.
A consecuencia de estos efectos, sumamente beneficiosos a nivel psicológicos, podemos encontrar en la música un perfecto aliado a nivel terapéutico, didáctico y analgésico. Para la medicina, la música tiene un valor indiscutible que va más allá de la armonía existente entre sonidos y tonos.
Reduce el estrés y la ansiedad en unos tiempos, en los que los niveles de los mismos son tan elevados que conllevan numerosos riesgos. Escuchar o interpretar música, favorece en gran medida la reducción del cortisol, lo que limita la aparición de jaquecas y migraña, al tiempo que reduce la presión arterial.
Se aconseja utilizar la música, como medio de relajación para los bebes prematuros. Desde que el futuro bebe crece en el útero materno, está demostrado que existe cierto rango de reacción a los estímulos musicales y sonoros que llegan al feto. Esto hace posible reducir el estrés y la agitación en las etapas tempranas del desarrollo.
A nivel pedagógico, la música es una excelente herramienta. Gracias a su perfil sencillo y fácil de recordar, su uso en este sentido es muy valorado. La música ha sido utilizada como tratamiento en personas que padecen síndromes del espectro autista o enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o el párkinson. Los investigadores han demostrado que ayuda a los más pequeños a la hora de interactuar mejor con su entorno y desarrollar de forma adecuada las habilidades cognitivas y comunicativas desde pequeños. A esto se puede añadir su contribución a la hora de desarrollar las competencias lingüísticas.
Otro aspecto terapéutico inherente a la música es la reducción del dolor o el efecto analgésico que posee. La musicoterapia ha sido empleada como una técnica de gran eficacia a la hora de reducir el dolor. Los estudios destacan que aquellos pacientes que escuchan canciones o melodías agradables a lo largo de sus tratamientos, sienten menos dolor. El hecho es que escuchar música permite desviar la atención del paciente que va del foco del dolor al estímulo sonoro.
Como hemos visto, la música no solo influye en la mente, lo hace por igual en el organismo. La exposición a determinados estilos musicales, repercute de algún modo en la manera en la que el cuerpo genera anticuerpos. Por lo que ejerce como prevención de enfermedades. Puesto que el estado anímico hace que el cuerpo sepa cómo debe sentirse y viceversa, la música tiene el poder de provocar emociones que estimulan el sistema inmune. Esto hace que aquellos que escuchan música o la practican, sean más fuertes y resistentes frente a determinado tipo de dolencias.
En consecuencia, podemos decir que la música proporciona numerosos beneficios a nivel físico y psíquico, a nivel cultural y social y, por supuesto a nivel personal. Proporciona todos los beneficios reseñados, conocimientos de todo tipo, no solo sobre lenguaje musical, también sobre compositores, instrumentos y otras cuestiones. Aprender a tocar un instrumento en particular abre las puertas a los diversos tipos de música existentes, asistir a conciertos, enriquece y las clases, permite interactuar con personas afines.
Por otro lado, proporciona beneficios en lo referente a la inteligencia emocional que se desarrolla de manera que se obtiene mayor destreza y confianza en uno mismo o misma, al tiempo que ayuda al autoconocimiento y aumenta la autoestima, entre otros aspectos.
En resumen, la música es mucho más que una actividad de ocio, tanto si se participa en ella de forma activa como si se utiliza para uso y disfrute personal.