‘¡Alcohooool, alcohoooool, alcohol, alcohol, alcohooooool! ¡Hemos venido a emborracharnos, el resultado nos da iguaaaaaal!’.
Asumamos que el estereotipo y desafinado berrido de este cántico será difícil de evitar. Partiendo de esta premisa, hay planes de sobra sin tener que organizar una bochornosa y denigrante peregrinación a un puticlub o a un bar de striptease. Te ofrecemos tres posibles sugerencias:
1. Juegos de rol. A los mayores nos encanta transformarnos en personajes y lograr retos a través de la completa inmersión en un mundo irreal que nos recuerda a la infancia, pero que se adapta a nuestro actual desarrollo intelectual. Existen páginas web e incluso aplicaciones para dispositivos móviles con instrucciones, ideas y propuestas para convertirnos en auténticos aventureros. Los premios pueden ser chupitos (por eso de cumplir la premisa).
2. Festival de música. Despedidas en Alicante, disfrutando en el Arenal Sound de la música de Azealia Banks y Bastille y del hermoso Mar Mediterráneo. No parece una mala opción si el novio o el grupo de amigos son amantes de la música. También se presenta como una buena, bonita y barata alternativa (50 euros si se compra pronto el abono) el Low Cost Festival, si se tiene ganas de celebrar una de las tradicionales despedidas en Benidorm con un estilo más actual. El alcohol viene rodado, hace calor, lo cual es siempre una buena excusa para beber, beber y volver a beber.
3. Orgías. Quizá no parezca muy ético a algunos, pero vivimos en una sociedad en la que las parejas liberales están a la orden del día. Un par de juguetes para adultos, unas copitas, una piscina de fibra ¡y a disfrutar!
¿Te identificas con alguna de las tres? Si se te ocurre alguna mejor, no dudes en compartirla. Puede ser que incluso conozcas una celebración para abstemios y nos tumbes la premisa. Sería genial.