Si tuviéramos que dividir el planeta por tipos de personas, podríamos hacerlo de muchas formas, pero sin duda una de estas divisiones sería la de los que prefieren viajar con todo listo, planificado y calculado al milímetro por otros y los que prefieren disfrutar también de la preparación y no tienen miedo de seguir su lado más aventurero.
Y no, no tiene nada que ver la aventura con el destino. Que el mundo es de todos y puedes viajar donde quieras. Si no, en como tu forma de ser también se ve reflejada en tu forma de viajar.
Lo que nos une
Puede resultarnos raro que haya gente a la que no le guste viajar, pero los hay. Se trata de personas que suelen ser mas tradicionales, y que encuentran en la rutina el control que necesitan en sus vidas. Viajar no sólo es adentrarse en nuevas costumbres y dejar las normas olvidadas por unos días, viajar nos pone en frente de lo desconocido, por eso todos solemos empezar nuestro viaje con cierto hormigueo, lo que pasa es que, lo que para algunos es algo beneficioso, otros no lo soportan. Será que no tienen el gen viajero.
Los investigadores han llegado a la conclusión que todo viaje es positivo para la salud psicológica de quien lo realiza. Desde los destinos más lejanos a los más próximos, no hace falta gastar mucho dinero para que el viaje sea una experiencia enriquecedora. Ya hay estudios que relacionan el sentimiento de felicidad, que se encuentra en el registro de recuerdos y experiencias y su relación directa con los viajes que hacemos.
Para los que viajar es una gran motivación, están de suerte, ya que, en las últimas décadas, las facilidades para hacerlo han ido en aumento. Lugares que antes sólo podíamos conocer a través de la televisión son cada día más accesibles, gracias a la globalización y a que han bajado los precios, al aumentar en número los viajes y las personas que se han sumado a esta tendencia.
Llegados a este punto: queremos viajar, pero ¿cómo lo hacemos?
Cualquiera de las dos opciones, viajar por libre o por agencia tiene sus pros y sus contras. Decidirnos por una u otra opción dependerá en parte de quienes vayamos a hacer ese viaje, del presupuesto que tengamos, del país que queramos visitar y del tiempo y las ganas que tengamos para prepararlo.
- ¿Quiénes nos vamos de viaje? Dependerá mucho la planificación que necesitemos y será muy diferente, en términos generales, si los que nos vamos de viaje somos una pareja de treintañeros con ganas de marcha, una familia con niños o un grupo de jubilados. Unos no aguantan lo mismo que otros. Si vamos con niños o personas mayores es más cómodo disfrutar de un viaje planificado en una agencia. Desde el minuto uno no tienes nada de lo que preocuparte, por lo que si no tienes tiempo para organizarlo no será un problema. Saber de antemano los lugares que vas a visitar y cuándo, puede ayudarte a dosificar las fuerzas, y te evita imprevistos de última hora que puedan complicarte la estancia. Sin duda es la mejor opción para ahorrarte dolores de cabeza con los preparativos. Y de igual manera, una vez en destino, si algo sale mal, siempre tendrás a quien reclamar.
Por otro lado, si lo que quieres es planear el viaje por tu cuenta sabes de antemano que vasa tener que dedicarle horas y horas, por ejemplo, en investigar las condiciones del país que vas a visitar. No es lo mismo viajar a Londres que a Nepal. Del primero vas a encontrar muchísima información en la web, incluso puede que hablando con amigos que lo hayan visitado anteriormente. Sin embargo, si el país que vas a visitar es un poco “complicado” te costará más encontrar información y no podrás comprobar hasta estar allí si era real o no.
- El precio. Hoy en día, con los portales para comparar vuelos, hoteles, etc…viajar por tu cuenta es mucho más barato que por agencia. Eso implica aceptar sacrificios que no todo el mundo puede permitirse y, es cierto, que una agencia tiene que ofrecer garantías a sus clientes, por lo que al ofrecerte algo seguro, siempre costará un poco más. La excepción que rompe la regla son los viajes organizados a destinos como el Caribe: en estos casos los turoperadores ajustan mucho los precios, pero intentan recuperar la diferencia con las excursiones del destino, que si te descuidas te salen más caras que el propio viaje. Pero hoy día suele ser más barato que tú mismo lo organices todo: hay destinos en los que puedes doblar la estancia aún gastando menos si dedicas tiempo a la planificación.
- La comodidad: una forma de ahorrar dinero por libre es durmiendo en hoteles locales, en vez de en grandes cadenas, aunque no todo el mundo está dispuesto a ahorrar en comodidad. Los desplazamientos una vez allí también son importantes, sobre todo, dependiendo de quién viaje. Si tienes todo el viaje organizado, no hay problema, lo tienes resuelto desde casa, pero tampoco eres libre para improvisar y puede que te quedes con las ganas de visitar o conocer algo más, que has descubierto una vez en destino. Ahora mismo, viajando por libre hay muchas opciones. Consultando con Transportescar, hemos descubierto que hay empresas que se dedican al transporte de vehículos particulares por carretera. Recogen tu coche y te lo llevan al destino acordado, asegurando en todo momento los posibles daños que pudiera sufrir en el desplazamiento. Con lo cual, tú puedes planificar tus vuelos y una vez allí recorrer toda la zona con tu propio vehículo. De esta manera eres más libre aún porque tendrás más facilidades para hacer el itinerario a tu gusto. Se trata de valorar las opciones que tenemos para que el viaje se adapte a nosotros de la mayor forma posible.
- Conocer el destino: como hemos dicho organizar tu propio viaje exige planificación y es a partir de ella como empiezas a familiarizarte con el destino elegido. En los viajes organizados te falta contexto, y además una vez allí puede que sientas que te llevan de un lado a otro sin conexión aparente. Por suerte hoy hay mucha información a nuestro alcance, además de las webs de viajes o los blogs de viajeros. Aunque hay que llevar cierto cuidado, porque en internet no es oro todo lo que reluce, y algunos maravillosos viajes que podemos ver en estos portales no cuentan con detalle que, por ejemplo, para poder viajar a esos precios hay que hacer varias escalas… ¡Atentos!
La mayor pega que se le puede achacar a los viajes organizados es que los horarios de las excursiones suelen ser muy justos, y además sueles visitar esos sitios con más gente. Al final no eres libre para decidir dedicar más tiempo a visitar un monumento que te gusta, a ir de compras o a no hacer nada. Sé de gente que vuelve de sus viajes y lo hace más estresados que cuando se fueron. En un viaje por libre eres el “dueño de tu destino”, nunca mejor dicho…Al no tener a quien reclamar también aprendes a gestionar los problemas que te puedan surgir. Sin duda, ser flexible puede ahorrarte muchos calentamientos de cabeza.
Al final, creo que elegir una opción u otra más allá del presupuesto que tengamos, que es básico, depende más del tipo de persona que seamos. No tiene sentido irse de vacaciones y una vez allí no poder disfrutar de ellas, ya sea por mucha o poca planificación. Y si ya estás de viaje, y sientes que te has equivocado: open mind, que de todo se aprende. Seguro que la próxima vez, ¡no te pasa!