Mi última escapada fue a toda velocidad. Y no es una frase hecha. Mis amigos y yo decidimos irnos a Alicante y aprovechar que a 50 kilómetros se encuentra el circuito de karts de Chicharra Karts para pasárnoslo como unos críos. La verdad es que fue un fin de semana muy completo, divertido y de nostalgia, ya que nos juntamos un grupo de amigos del Instituto que no nos veíamos desde hace ya casi 10 años. Ahora cada uno vivimos en una parte de España, muchos estamos casados y con hijos, por lo tanto es cada vez más complicado poder sincronizar agendas.
En esta ocasión lo hicimos, y la verdad es que mereció la pena. Por la mañana, sobre la 11, llegamos al circuito y la verdad es que es una pasada. Sus boxes, tienen acceso desde todas las entradas del circuito, siendo la principal la del paddock. Cada box está acondicionado con conexiones eléctricas y diferentes espacios para personalizar con armarios guardarropas, mesas de mecánica, etc. Vamos que durante casi dos horas nos sentimos como Fernando Alonso.
Primero llegaron diez minutos de entrenamiento para ir conociendo la pista. Así te haces al kart y conoces los secretos del circuito. El circuito se presenta con 10 posibilidades distintas de trazados variables, con un ancho de pista de 8 a 10 metros y una longitud total de pista de 1.500 metros. El circuito se puede emplear para la práctica de: karting, speed car, minimotos, minimotards, PitBikes, miniGP y supermotards. Así que después de conocer la pista, llegó la tanda de entrenamientos para lograr el puesto en la clasificación. Vaya descarga de adrenalina.
La carrera fue tremenda. No faltaron los típicos piques, los adelantamientos, los choques. Fue todo muy divertido. Lo único mejorable pudo ser mi puesto, ya que quedé penúltimo de once personas. Prometo que la próxima vez me lo curraré más. Los seis últimos clasificados tuvimos que pagar una ronda de cañitas en el bar, donde nos contamos todas las anécdotas de las carreras.
Pero ojo, son unas instalaciones con infinidad de posibilidades, además del propio alquiler de karts, alquiler de pista para entrenamientos, minigolf, restaurante, zona vip, torre de cronometraje, taller de mecánica, parque infantil… Familias, comidas de empresa, carreras entre amigos…. y todo con categoría 5 estrellas. Así que puedes hacer el día completamente.
Conociendo Villena
Y después de la velocidad llegó el momento de conocer un poco más Villena. Un lugar que seguro que te fascina ya que tiene un amplio turismo cultural. Villena y su Castillo están íntimamente ligados, ya que al calor de sus muros se desarrolló el poblado árabe, que se extendía en torno a la mezquita aljama, la actual iglesia de Santa María. Es sin duda el monumento más significativo de Villena y su elemento identificativo junto al Tesoro. Su gran singularidad y valor histórico lo llevaron a ser declarado «Monumento Histórico Artístico» en 1931 y, actualmente, goza de mayor protección al estar declarado Bien de Interés Cultural.
El denominado Tesoro de Villena pone de manifiesto el rico pasado histórico del que gozó la ciudad. Pudo pertenecer un rey o jerarca de la zona, en cualquier caso, se trata de uno de los hallazgos áureos más importantes de la prehistoria europea. Tampoco te lo pierdas.
Y como en este viaje no todo es cultura, llegó el momento de pasarlo bien e hicimos una ruta de vinos. La ciudad es tierra de vinos, no en vano Villena es la población con mayor número de bodegas de toda la provincia. La Ruta del Vino de Alicante brinda la posibilidad de visitar interesantes bodegas, hospedarse en hoteles o alojamientos rurales, probar la mejor gastronomía o comprar los excelentes productos o vinos de nuestra tierra.
Su huerta
A día de hoy, en la huerta villenense todavía se puede encontrar una rica variedad de productos que también caracterizan la gastronomía de Villena: zanahorias, espinacas, lechugas, coles, etc., y frutas de primera calidad como cerezas, peras, manzanas, melocotones, albaricoques o ciruelas, que permiten degustar los sabores de la huerta en la mesa. Además, existen otros productos gastronómicos como el vino, los licores, el aceite de oliva, y una rica repostería artesanal. No te lo pierdas.
Con unas copas por su zona de fiesta, terminó este fin de semana tan intenso, donde un grupo de amigos volvieron a sentir lo que era la amistad, recordar viejas anécdotas y sobre todo, conocer una localidad como Villena, muy recomendable para todas las edades.