Vivir junto al mar.

De un tiempo a esta parte, las costas españolas han dejado de ser meros destinos turísticos para convertirse en lugar habitual de residencia, ganando, de esta forma, en calidad de vida para sus nuevos habitantes. Analizamos este curioso fenómeno.

Óscar, de Madrid, que dirige una pequeña empresa comercial, vendió un buen día su piso en Getafe y se trasladó a la costa de Alicante. Se puso en contacto con Romer Dénia, una agencia inmobiliaria que vende apartamentos y villas en la playa de esta ciudad costera, y se compró un ático a pocos metros del mar.

Desde entonces, según nos cuenta Óscar, vive más tranquilo y feliz. No tiene precio levantarse cada mañana con la explosión de luz que llega del Mediterráneo, en lugar de ver el cielo contaminado de Madrid. Muchos días desayuna en la terraza, lo puede hacer, en Denia a penas hace frío en ninguna época del año. Aquello es un chute de energía.

Desde que decidió cambiar de residencia, disfruta más de su tiempo libre. Se acabó aquello de pasar todo el día fuera de casa, de aquí para allá, tragándose atascos en la M-30 y buscando un restaurante barato en el que poder comer. Barato, si, porque cuando comes todos los días fuera de casa se te va un dineral en ello sin darte cuenta.

Ahora puede salir una tarde a caminar por el paseo marítimo, tomarse una cerveza tranquilamente en una terraza o tirarse una tarde leyendo un buen libro. Ya no es necesario que sea fin de semana para hacerlo.

Respecto a su empresa, no la ha dejado, ni siquiera la ha trasladado de sitio. Gracias a la conexión a internet puede dirigirla a distancia. Se comunica con los clientes por videoconferencia en Zoom y si algún día tiene que trasladarse a Madrid, coge el coche y en tres horas se planta en la capital.

El caso de Óscar no es un hecho aislado. Podemos ver como áreas de apartamentos como Cala Mayor en Palma de Mallorca o Más Palomas en Gran Canaria tienen zonas de residentes donde vive gente todo el año. Esto también sucede en muchos puntos del litoral mediterráneo que antes solo tenían vida la temporada de verano.

Los lugares de costa preferidos para vivir.

La revista digital Skyscanner nos habla en un artículo sobre las conclusiones de un informe realizado por la Universidad de Michigan, según el cual, vivir al lado del mar mejora la salud física y mental de las personas. Acto seguido, partiendo de datos ofrecidos por plataformas inmobiliarias, nos presenta un listado de 10 zonas costeras del mundo elegidas por los usuarios para fijar su residencia. La primera de ellas es Siquijor, en Filipinas. Curiosamente, entre esas 10 zonas, aparecen dos áreas españolas: Málaga y la costa Valenciana.

Centrándonos únicamente en nuestro país y analizando las reseñas publicadas en portales inmobiliarios, estas son las tres zonas de costa preferidas en España para irse a vivir:

  • Valencia. Valencia, junto a Sevilla, es la tercera ciudad más grande de España. Cuenta con todos los servicios de una gran ciudad, pero presenta un ritmo de vida más relajado del que puedes encontrar en Madrid o Barcelona. Aunque los precios han subido, la vida es más económica en la región valenciana que en otras partes de España. Valencia, además, está perfectamente bien comunicada con los principales destinos costeros de la provincia: Gandía y Cullera, ya sea por tren de cercanías o por autovía.
  • Alicante. La costa alicantina se ha convertido en un lugar vital y cosmopolita. Lo que en los años 80 eran destinos vacacionales, han creado con el tiempo una infraestructura de servicios que permite vivir en ellos durante todo el año. Se dice que al menos el 15% de la población de la costa alicantina es extranjera. En concreto, en Denia y Xàbia hay importantes colonias británicas mezcladas con la población local. Alicante, además, está considerada como uno de los lugares más saludables de España. Indicado, sobre todo, para personas con afecciones pulmonares, debido a su clima suave y estable, su gran luminosidad y su bajo nivel de humedad.
  • Málaga. La Costa del Sol malagueña es un lugar idóneo para aquellos que buscan una vida tranquila junto al mar sin renunciar a las comodidades urbanas. Málaga disfruta de 300 días de sol al año y ofrece un clima templado sin grandes variaciones térmicas. Su costa alberga encantadores pueblos blancos, como Nerja y Frigiliana, que conservan su autenticidad andaluza. La ciudad de Málaga misma combina modernidad y tradición, ofreciendo una amplia gama de servicios, desde gastronomía de primer nivel hasta una escena cultural vibrante con museos como el Picasso y el Centro Pompidou

Ventajas de vivir junto al mar.

Vivir junto al mar ofrece una experiencia de vida única, que aúna la tranquilidad del entorno costero con una serie de beneficios para la salud. Aquí, presentamos nueve ventajas que hacen de la vida junto al mar una elección atractiva:

  1. Bienestar mental y emocional: La proximidad al mar se asocia con la reducción del estrés y la mejora del bienestar emocional. El sonido de las olas y la brisa marina tienen efectos relajantes que pueden contribuir a la salud mental.
  2. Salud respiratoria: La brisa marina aporta aire fresco y limpio, beneficioso para la salud respiratoria. La brisa marina suele tener una menor concentración de alérgenos y partículas contaminantes.
  3. Estilo de vida activo: Vivir junto al mar fomenta un estilo de vida activo. Las actividades como caminar por la playa, practicar deportes acuáticos y disfrutar de paseos marítimos contribuyen a la actividad física regular.
  4. Paisajes inspiradores: Los paisajes costeros ofrecen vistas impresionantes y cambiantes, desde amaneceres y atardeceres sobre el agua hasta la majestuosidad del océano. Estos entornos elevan el estado de ánimo y la creatividad.
  5. Beneficios para la piel y el cabello: La exposición moderada al sol y al agua salada puede tener beneficios para la piel y el cabello. La sal del mar actúa como exfoliante natural, y la vitamina D del sol es esencial para la salud de la piel.
  6. Alimentos frescos y saludables: Las comunidades costeras suelen tener acceso a alimentos frescos y saludables, incluyendo pescados y mariscos. Esto facilita una dieta rica en nutrientes esenciales.
  7. Clima templado: Las áreas costeras tienden a tener climas más templados, con inviernos más suaves y veranos más frescos en comparación con las zonas continentales, brindando un entorno más cómodo.
  8. Actividades de ocio variadas: Las zonas costeras se caracterizan por presentar una oferta de ocio variada y entretenida, que va desde la posibilidad de pasear por la playa hasta comer en un buen restaurante o frecuentar locales de ocio nocturno.
  9. Potencial de Inversión: Una propiedad junto al mar tiende a ser una inversión atractiva. La demanda sostenida y la exclusividad de estas ubicaciones pueden aumentar el valor de la propiedad a lo largo del tiempo.

Ahora es posible.

Si nos imaginamos vivir en la playa de Gandía o en Benidorm hace 30 años, la gente pensaría que estábamos locos. Era complicado incluso en la playa de San Juan, a pocos kilómetros de Alicante.

Se trataba de lugares que rebosaban vitalidad los tres meses de verano, pero qué terminado septiembre, se quedaban prácticamente desiertos. Esto significa que no había ni siquiera una tienda donde poder hacer la compra, ni un centro de salud próximo para ir al médico. El transporte urbano, los meses de invierno, quedaba seriamente disminuido.

La situación ha cambiado mucho en las últimas décadas. Es lo que la revista francesa Open Edition llama la era post-turismo. La transformación de grandes urbanizaciones turísticas en enclaves residenciales. Un fenómeno que ha pasado en muchos puntos de Europa y que se aprecia especialmente en las costas españolas.

Los turistas se transforman en residentes. Lo que obliga a las autoridades locales a proveer esas zonas de servicios estables que faciliten la vida en el lugar.

El cambio lo fuerzan los jubilados europeos. Podemos ver como en muchos puntos del litoral español hay colonias establecidas de jubilados ingleses, alemanes y franceses. La esperanza de vida ha subido en toda Europa. La gente vive más años, pero quiere pasar el tiempo que no está trabajando con una buena calidad de vida. Esto incluye también lo económico. Las pensiones de los jubilados alemanes, por ejemplo, apenas les da para vivir en su país. En cambio, en España la diferencia de precios les permite llevar una vida bastante más desahogada.

La ocupación estable de los antiguos destinos turísticos ha reactivado la economía de la costa. Convirtiéndolos en lugares dinámicos que presentan buenas oportunidades de empleo y de negocio, no restringido únicamente a la temporada vacacional. Esto anima a los trabajadores a vivir y trabajar todo el año en estos lugares.

Por último, el desarrollo de las comunicaciones, con la presencia de aeropuertos, la extensión del tren de alta velocidad y la mejora de la red de carreteras, junto con la evolución de la tecnología, creando nuevos fenómenos como el teletrabajo, ha dado el último espaldarazo para convertir los enclaves de costa en lugares idóneos para vivir y no solo para visitarlos de vacaciones.

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